jueves, 11 de septiembre de 2008

El 195 de Gracián.




"Saber estimar".




"No hay nadie que no pueda ser maestro de otro en algo.

Tampoco hay quien no supere al que destaca.

Es útil saber disfrutar de cada uno.


El sabio estima a TODOS porque sabe ver lo bueno de cada uno y sabe lo que cuesta hacer bien las cosas.

El necio desprecia a TODOS porque no elige lo bueno y porque elige lo peor."




Me imagino a un sabio impartiendo una asignatura, la que sea, eso da igual. Frente a él, un grupo numeroso de aprendices de sabios.
Como son aprendices, todavía les queda mucho por aprender.
El sabio lo sabe. Y no vomita conocimientos; les explica primero qué herramienta hay que coger en cada momento para abrir la tapa de las cajas. En las cajas hay parcelas de sabiduría, pero hay que saber abrirlas.

El sabio sabe lo que le ha costado ser sabio. Y observa que en sus aprendices hay diversidad. Los mira, uno a uno. Cae en la cuenta de que tendrá que abrir su caja de herramientas; no todas sirven para todos.


"Buenos días. Este curso vamos a aprender a aprender"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es genial, yo lo compruebo cada año con los nuevos alumnos. Todos tienen algo que enseñarte y todos tienen cosas que aprender, desde luego, pero si los amas, de verdad te preocupas de esas criaturas, si los observas y estás pendiente, sabes aprovechar las cosas buenas que tienen para que crezcan en sabiduría, en habilidades y en amor a los demás, reconociendo que compañeros suyos también tienen cosas buenas que se pueden aprender, incluso del que parece más tonto, entre otras cosas, porque a lo mejor es más humilde que ninguno.

Los profesores hemos de ser ejemplos de humildad, reconocer que no lo sabemos todo, lo cual ya es sabiduría. El que es estirado no ama, como dices, es necio porque no elige lo bueno y porque elige lo peor, osea, se elige a él mismo, su ombligo, que no le va a enseñar nada y lo va a llevar a la soledad y al desprecio. Comprobado.

sunsi dijo...

Desde luego, eres profe. El segundo párrafo da para una tesis.
A eso los alumnos lo llaman prepotencia. Tienen un vocabulario muy escaso, pero esa palabreja sí la emplean.
Una cuestión. ¿Cómo demostrar que se puede compaginar la autoridad con la humildad?
Muchas gracias por tu reflexión