domingo, 2 de noviembre de 2008

Pérez-Reverte dando caña.


Me lo ha pasado "¿Mañana Más?" que, a su vez, lo ha encontrado en http://amarillo-limon.blogspot.com/2008/10/prez-reverte-repartidor-de-caa.html .


Sabemos de sobras cómo las gasta el señor Pérez-Reverte cuando se enfada. En este caso y en este tema, no es para menos.


"Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera.


No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.


Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana -que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural-, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.


Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.


Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente -recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española-. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos» Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo. Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado."


18 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué, Sunsi, cómo se te ha quedado el cuerpo?.

La verdad, no hace falta comentar nada, porque tiene más razón que un santo y, encima el tío se expresa de p... madre. Pero yo no me resisto, aún a riesgo de quedar a la altura del betún.

En España nunca pasa nada. Es el único país del mundo donde un ministro mete la pata hasta la ingle y no le cesan de inmediato. De dimisiones, ni hablamos. Todavía me estoy acordando de Magdalena Álvarez y la que montó con el cercanías de Barcelona. Lo que me parece increíble es que los catalanes, que mira que son los tíos para sus cosas, no asaltaran la sede del Delegado del Gobierno y la prendieran fuego. ¡Joder qué paciencia que tuvieron los tíos!.

No me desvío del tema. La ministra de educación no dimite, tampoco la cesan. Claro, ¿quién la va a cesar?. ¿El presidente ZP?. Jo, qué risa.

Aquí no se salva ni el Tato. Primero, el cachondeo de leyes de educación que hay, multiplicadas por 17 autonomías (o más). Yo ya no sé dónde me ando, sinceramente, ni qué coño de ley es la que rige ahora para mi asignatura. Me da lo mismo, yo a lo mío. Intento dar clase, clase, de las de antes. Nada de vamos a aprender el sintagma nominal con anestesia. No, chatos, si queréis aprender a hincar los codos. Pero no. Resulta que a la Psicopedatonta del centro le parece que voy a estresar a los chavales poniéndoles un examen cada dos temas. Así que mejor cada tema y no más de dos hojas, no sea que se vayan a traumatizar. ¡La leche!.

Pues muy bien y, como tengo varios alumnos que no saben ni leer ni escribir, igualo el nivel PERO POR ABAJO. Esto es, todos igual de ignorantes. Cuando yo estudiaba había tres clases: el grupo A era el más avanzado, el B ni fu ni fa y el C, el de los chavales que necesitaban atención especial por carencias curriculares.

Ahora resulta que todos mezclados, que no es plan de discriminar. ¿?. Pero si es por el bien de todos. Nada, nada, todos igual de tontos.

Pues sí. Además les da igual aprobar o no. Total, pasan de curso...

sunsi dijo...

Te has quedado descansada, Patricia. Me juego algo a que lo has escrito de corrido, aporreandolas las teclas del ordenador. Te duele la enseñanza y se nota.
La verdad es que es para llorar o para decir unos cuantos tacos o para salir con una pancarta o para colocar un crespón negro en el balcón... que cada cuál elija. Pero si no se arregla, si no dejan de utilizar la enseñanza como arma política nos espera un futuro de encefalogramas planos.

Mañana más, Patricia. Tengo que deja reposar el artículo y sacar alguna conclusión.
Gracias por enviármelo.

Anónimo dijo...

Siempre escribo aporreando las teclas, ¿cómo lo has sabido?, ja, ja, ja.

Yo también tengo que analizar y meditar el artículo. Mañana te dejaré un comentario como Dios manda.

Buenas noches.

Anónimo dijo...

En mi limitada experiencia docente alumnos universitarios me han preguntado cosas increíbles.

Y lo que es más, me han contestado cosas más increíbles todavía, confundiendo la causa con sus efectos y por ahí.........

La mayoría no saben nada, ni les interesa, salvo aquello directamente relacionado con el examen.


Aunque no toda la culpa es de los políticos; al fin y al cabo, están ahí porque la mayoría les ha votado.

Insisto, somos un país inculto y poco formado, sectario y arrogante en nuestra ignorancia.

Y no parece que vaya a cambiar.

Así que me encanta cuando alguien con voz pública, expresa sin ambages lo que piensa.

sunsi dijo...

La pregunta es: ¿somos un país deliberadamente inculto por la cantidad de reformas educativas que ya he perdido la cuenta? ¿deliberadamente inculto porque han impuesto un igualitarismo intelectual? ¿deliberadamente inculto porque "no vaya a ser que a estos pipiolos les dé algún día por pensar que sus antecesores lo hicieron rematadamente mal, crezcan, se arremanguen y se hagan con el poder" y jubilen de un plumazo a tanto demagogo?.

Observad el poder de la palabra. Por ejemplo la del Señor Pérez-Reverte. No, no puede ser. Que no lean, que no escriban, que no piensen. Dios nos libre de que se cumpla aquello de que "el mundo lo muevan las ideas". Faltaría. Todos analfabetos. Muerto el perro, muerta la rabia.
Dixit

Anónimo dijo...

El poder se cuida, se guarda, repele a los cuerpos extraños. Por eso es poder.

La demagogia es tan vieja como la sociedad occidental; acordaos de la República, las guerras de los Gracos, Mario y Sila, los triunviratos, Julio César, Octavio, hasta la caída de la República, el advenimiento del Principado con Octavio y, fialmente, el Imperio desde Tiberio en adelante.

Historia viva que nos ha hecho ser como somos.

Hay poco nuevo: pan y circo, pan y toros, fútbol y telebasura.

Al Poder le interesa lidiar con una sociedad adocenada, incapaz de pensar.

Al conjunto de la sociedad le es más cómodo que se lo den pensado, comido, masticado.

Manifestar tu opinión y mantenerla; incluso el hecho mismo de formular una opinión, es una postura tanto más incómoda que esperar a que piensen por tí.

Lo triste es que nosotros somos la sociedad, somos responsables d ela sociedad en la que vivimos y, por impertativo categórico, venimos obligados a hacer aquellos que nuestra conciencia nos dicta, aunque no sirva de nada.

Anónimo dijo...

Carolyn P. Boyd, en su artículo "el debate sobre "la nación" en los libros de texto" expone la educación y el sistema educativo desde 1875 y no ha cambiado nada desde entonces.

Triste, pero cierto. Nada a cambiado, ni la política educacional, ni los estudiantes.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Jaimita, qué pesimista. Mira, cuando yo estuve en la Universidad los profesores me inflaban con lecturas y un montón de apuntes. Y sí, efectivamente, estaba tan saturada y tan harta de que no me enseñaran nada que lo único que me interesaba era qué coño iba a entrar en el examen.

Después estuve tres años, que se dice pronto, sin tocar un libro, ni una revista, ni nada. Se me pasó como se pasa todo y volví a los libros pero con el placer de no tener a ningún catedrático en el cogote dándome caña. A mi aire, a mi ritmo... Y así sí que he aprendido y mucho. Sospecho que es porque tengo tiempo para reflexionar sobre lo que leo y porque leo lo que me gusta y no lo que me obligan.

En general no sé, pero en particular no me considero una analfabeta ni una persona manipulable y creo que no soy la única. A lo menos, he conocido gente muy interesante en estos mundos de bitácoras y ¡oh, sorpresa! piensan y dan opiniones fuera de toros, fútbol y cotilleos.

No creo que seamos una elite. Yo por lo menos no.

sunsi dijo...

Hasta ahora, reflexiones. ¿Quién pone la guinda? ¿Quién puede dar una luz que sea un resquicio de reflejo de alguna idea positiva?

Yo no me conformo con la frase "Esto es lo que hay". Es una frase de derrota. De darlo todo por perdido. Y mientras alguien piense que hay un problema y tenga ganas de arremangarse significa que ya existe un punto de referencia.

Insisto ¿Quién pone la guinda?.

Es la era del ciberespacio ¡vamos a aprovecharlo!. Es la era del audiovisual ¡también se puede aprovechar.

Insisto.¿Quién pone la guinda? ¿Quién suma?

No abandono este post. Alguien -me incluyo- ha de aportar algo. Existimos, luego pensamos. Pensamos, luego tenemos ideas. Tenemos ideas, luego somos capaces de lanzar alguna que sirva para vencer el analfabetismo ... también emocional. Esta tarde he pensado en ello. Empiezo a notar que esta carencia nos hace aún más analfabetos.

Buenas noches

Anónimo dijo...

Sunsi, tienes razón.
Pero ¿cómo se cambia algo así? No basta con que uno piense, y, ahora mismo, se piensa poco. La minoría influye poco también.

sunsi dijo...

No, Carmina, no pienses nunca que tu grano de arena es tan poca cosa que no sirve. Lo más fácil es destruir. Tenemos motivos, pero no llevamos razón si es que creemos que es lo único que podemos ofrecer.

Mira, ahora que no nos oye nadie; es muy tarde. Sé que en el fondo eres bastante de ciencias. ¿Recuerdas las progresiones aritméticas? Yo no, pero sí sé su simbolismo. Es como tirar una piedra en un lago; la onda va generando círculos y se expande. ¿Quién ha tirado la piedra? Sólo una mano. Pero el agua dibuja círculos multiplicados.

Yo no sé lo que tú puedes hacer; sólo lo sabes tú porque sólo tú conoces tus posibilidades. Y lo mismo en mi caso. Cada día es una posibilidad de hacer, pero también es cierto que hay que estar a tiro para saber cuándo debemos lanzar la piedra.
¿Recuerdas aquel día que te levantaste en clase? ¿Tú crees que no hiciste pensar a más de uno?

Por favor, no pierdas la ilusión. Eres muy muy joven.

Besiños

Anónimo dijo...

Naturalmente, cuando genralizas tiendes a la equivocación y, también, todos en mayor o menor medida somos manipulables. A mayor cultura, menor manipulación.

Dicho esto, de verdad que no soy pesimista; cuando escribo así, y me dejo llevar por la pasión, no pienso, precisamente, en el mundo universitario.

Pienso en el mundo de ahí fuera, cuya falta de formación, en términos generales, es aterradora.

¿La guinda positiva? No cejar en en el empeño. Predicar con el ejemplo. Escribir. Leer.

Especialmente, animar a la lectura, de cualquier cosa: periódicos, revistas, libros de cualquier clase.

Especialmente, animar al intercambio de opiniones, d epuntos devista, aunque éstos sean diametralmente opuestos a nuestra forma de pensar.

Evitar el dogmatismo y el sectarismo, enemigos de las ideas y del cambio.

En fin, cualquier cosa que sea difundir el pensamiento de que el cambio está en nuestras manos, en las de todos y cada uno de nosotros.

Y que estamos obligados a la acción y a oponernos al poder, con todas nuestras fuerzas.

sunsi dijo...

Gracias por la guinda, Pepa. Sabía que serías tú la que la ibas a colocar. Leer, fomentar la lectura "Estoy leyendo... ¿y tú? ¿Te paso...?.

No quiero ni pensar el sueño que debes de tener. Hoy , quizá un café...

Anónimo dijo...

¡Qué aquí soy jaimita!

De sueño nada, corazón; me cuelo en tu casa virtual entre demanda y demanda (de veras) así que, ahora mismo, sólo leo sentencias.

De lo otro, como la culta de casa es Katt, estoy leyendo a un señor inglés que se llama Anthony Powell, el primer tomo de una serie de cuatro , que agrupa distintas narraciones, estoy en la Primavera.

Y de café nada, birrita, ponte a tiro.

Anónimo dijo...

A ver si alguien sabe responderme:

¿Por qué escriben tan mal los jueces?

sunsi dijo...

Porque no saben puntuar, hija. O porque les encanta que te tengas que tragar la sentencia dos veces para pillar algo. O porque mira tú, es que yo soy "Su Señoría" y domino las subordinadas que no veas.

Lo digo porque ahora viene la segunda parte. Conozco a uno que utiliza frases cortas aunque no queda muy bien. Dice que le gusta que le entiendan y se esfuerza por hacerse entender. Palabra. Algún día te lo presento :)

Anónimo dijo...

Por favor, a la primera oportunidad.

Su Señoría merece que le reverencien.

Yo, a la cabeza.

sunsi dijo...

Jaimita, pero si lo conoces...